2. Levittown, donde la buena vida comienza
Esta historia comienza, de muchas maneras, en marzo de 1951. Con un reportaje desde...
Audio de archivo WNYC: San Juan, Puerto Rico.
El sonido que escuchan es de WNYC, una de las emisoras de radio de la ciudad de Nueva York. Enviaron un equipo para transmitir en vivo el comienzo de los vuelos directos desde la ciudad a Puerto Rico.
Audio de archivo: Estamos colaborando para brindar a Puerto Rico el mismo servicio aéreo que ofrece la “Eastern Airlines”, en otras partes de los Estados Unidos continentales.
Para esa fecha Pan-Am, era la única aerolínea que ofrecía vuelos regulares a Nueva York desde la isla. Su monopolio mantenía los boletos demasiado caros.
Audio de archivo: Es el resultado de sus esfuerzos y de los esfuerzos del gobierno y el pueblo de Puerto Rico para dotar a la isla del grado de servicio a precios razonables disponibles en todos los otros estados de la nación.
Eastern Air Lines había conseguido permiso para ofrecer servicio a Puerto Rico, y aseguraban que los precios de sus vuelos no serían tan costosos.
Audio de archivo: Estamos aquí hoy reunidos, para inaugurar un lazo más con el continente.
A mediados de los 60, un millón de boricuas se mudaron a los Estados Unidos -- seiscientos mil de esos a Nueva York. Hoy, quizás damos ese hecho por sentado.
También sabemos que ese éxodo no fue ningún accidente.
El Secretario del Tesoro de Puerto Rico en ese momento, Sol Descartes, parado en la pista de aterrizaje y maravillado ante la enorme cantidad de puertorriqueños que alzaban vuelo, dijo esto:
Sol Descartes: El desarrollo de la aviación ha sido responsable de este gran aumento en el número de personas que viajan entre la isla y el continente.
Claro, no fueron los pasajes baratos lo único que precipitó que la gente se fuera… pero hablaremos de eso más tarde...
[La Borinqueña grabada en directo en la transmisión de 1951]
Muchas de nuestras familias cambiaron para siempre mientras mas y mas aviones llenaban los cielos de la isla.
El 18 de junio de 1956, tan sólo cinco años después de esta transmisión, mi madre, su hermano mayor y su hermana se montaron en un vuelo de Eastern Airlines “pa Nueva York”. Eventualmente toda la familia viviría en el Bronx.
[archivo musical 1951 se funde con sonido de una calle en Levittown, Puerto Rico en el presente]
Muchos boricuas, entre ellos mis abuelos, volvieron a la isla al principio de la década de los 70 y encontraron un Puerto Rico diferente. Para muchos, el estilo de vida, y donde vivían, cambió drásticamente.
Asomándose por la ventanilla del avión que los trajo de vuelta, mis abuelos se encontraron con un paisaje que no existía cuando se fueron.
Un paisaje de lugares que parecían sacados de los Estados Unidos. Lugares como Levittown, en Toa Baja.
[IFE, tema de La Brega comienza]
Soy Alana Casanova-Burgess, y esto es La Brega, una coproducción de WNYC Studios y Futuro Studios: en este episodio, exploramos como una urbanización existe entre el “sueño Americano” … y un sueño puertorriqueño.
[IFE, tema de La Brega termina]
Audio: “Damas y caballeros, jetblue les da la bienvenida a San Juan. Hora local, aproximadamente las 7:10 de la noche. Por favor permanezca sentado con su…
Siempre que viajo a San Juan, hago todo lo posible por sentarme en el lado izquierdo del avión.
Me gusta buscar a Levittown por la ventanilla cuando estamos aterrizando. Mis primas más cercanas viven allí.
En un suburbio de filas rectas, techos de gris y blanco, campos de béisbol y una estructura emblemática y que no tiene igual en toda la isla: una gran bomba de agua pintada de azul clarito. A lo lejos, parece que toca el cielo.
[Musica]
Cuando era chiquita y viajaba con mis padres, Levittown era el olor de los cigarros de abuela, el ruido del trimmer tempranito y un calor que no conocía sombra.
Una vez tocas tierra, te montas en un carro y coges la 165 en dirección a Dorado. Te vas a encontrar con la Bacardí, pero ahí no es.
Después del puente de Palo Seco, par de luces más abajo, donde está la gomera, allí doblas a la izquierda, y te encuentras con el laberinto de cemento que llamamos Levittown.
[Musica]
Si te suena la carretera o has ido antes, ya conoces a nuestra amiga: la bomba, o torre, de agua. Si no, pues imagina una gran medusa con tentáculos rígidos de acero como de nueve pisos de altura.
Debajo de ella reside lo que antes era una biblioteca pública. La bomba es como un transplante de un pequeño pueblo o una granja del centro de los Estados Unidos, pero a veces parece más como una nave espacial.
Hace algunos años me picó la curiosidad cuando me di cuenta que existen otras comunidades en Estados Unidos que comparten el nombre: Levittown. Hay otras urbanizaciones en Puerto Rico con nombres en inglés como Floral Park y Country Club, pero Levittown es distinto.
Está hecho a la imagen y semejanza del estilo de vida estadounidense por una compañía que construyó lo que hoy en día son los suburbios más famosos de ese país. Son comunidades planificadas para recibir a los veteranos de la segunda guerra mundial, con casas baratas y accesibles. Los hermanos Levitt construyeron casas, carreteras, escuelas, bibliotecas… y bombas de agua.
[Archivo en inglés sobre Levittown, Long Island] Five years ago, `this was a vast checkerboard of potato farms on New York’s Long Island. Today, a community of 60,000 persons living in 15,000 homes, all built by one firm! This is Levittown, one of the most remarkable housing developments ever conceived! The architecture of the houses in Levittown... [fade]”
Este anuncio pregona el logro de que una sola compañía, convirtiera un huerto de papas en una comunidad con quince mil casas para sesenta mil personas...
[Musica]
En el 62, en vez de un huerto de papas, en Puerto Rico la compañía compró 440 cuerdas de un manglar en Toa Baja, un pueblo a 20 minutos de San Juan.
Construyeron drenajes y crearon un lago artificial. He visto los diagramas y planos; son impresionantes. Su plan era construir 3 mil casas.
Para el 77, se contaron cerca de 11 mil unidades construidas. Al estar tan cerca de una playa, las casas se vendieron a las millas. Los primeros modelos que se ofrecieron fueron, La Broche de Oro, El Camafeo, La Diadema, La Alhaja, y La Esmeralda.
Esa última era de dos pisos y fue la que mis abuelos compraron cuando decidieron dejar el Bronx a principio de los 70 y regresar a casa.
O bueno, a regresar a una “nueva” casa.
[Musica]
Levittown tenía un lema, “Donde la buena vida comienza…”
Hilda: Si, esta casa es La Camafeo.
Alana: Camafeo, ok. ( un poco lejos del micrófono)
Hilda: ¡Aja! Camafeo.
Hilda Rodríguez vive en esta casa con su hija Paula.
Hilda Rodriguez: Nosotros fuimos, no sé si fuimos como los segundos o terceros en mudarnos aquí a Levittown.
Ella tenía cinco años cuando se mudaron en el 64.
Hilda: Pioneros, bien pioneros.
Más que pioneros, su historia está ligada con la de Levittown. Los padres de Hilda formaron su familia en los Estados Unidos y luego decidieron regresar a la isla. El tío de Hilda trabajaba para la compañía de los Levitts en Puerto Rico y le ofreció trabajo a su hermano, el papá de Hilda.
Hilda: Le ofreció trabajo. [...] y la oportunidad de comprarse su casita. Pues, escogió este modelo [...] Tres habitaciones, dos baños completos, marquesina. sala, cocina, comedor,
El trabajo era en la construcción de las casas de Levittown...
Las casas eran como tantas otras en los urbanizaciones de Puerto Rico -- rectángulos de cemento con techos planos y ventanas Miami. Y el catálogo de ventas de verdad quería que compraras esos bloques ornamentales…
Recreación del Catalogo: “Observe lo atractivo de los bloques ornamentales que resguardan el patio, y las jardineras bajo las ventanas, como embellecen la fachada de esta magnífica residencia!”
Todas las casas venían equipadas con enseres de General Electric y habilitadas con cablería telefónica. En los 60, esto era el epítome de la modernidad. Sin embargo...
Hilda: Esto era un manglar y cuando mami abría la puerta estaba la marquesina llena de jueyes. Están en la marquesina, están en el patio, están en la calle, están en la acera, o sea --
Paula: Recuerdo que abuela había dicho, hasta en la máquina de lavar ropa.
Hilda: Si, a veces mami, cuando prendía (se ríe)...
Esa es Paula, la hija de Hilda. Paula vive con su madre en Levittown. Justo comienza su carrera como maestra de matemáticas y todavía se acuerda de cuando su abuela se encontraba con un sinnúmero de jueyes, un cangrejo común en Puerto Rico, metidos en la moderna lavadora General Electric...
Hilda: Pega...CLACK CLACK CLACK - un ruido bien feo y eran los jueyes dentro del motor en esa parte de ahí se metía. ¡No se podía tener puertas abiertas porque si no se te metían!
Eran tantos los jueyes, que la gente los recogía en cubos de metal, los limpiaban y los cocinaban...
Hilda: (Rie) ¡Nunca olvido que mucho comí patitas de jueyes!
Las marquesinas también era donde se reunían los católicos para misa todos los Domingos. Eso fue antes de la construcción de la parroquia local, en la que el papa de Hilda, don Toño, ayudó. Hilda fue parte de la primera clase que se graduó de la escuela elemental John F. Kennedy. En aquellos tiempos, el lago artificial tenía disponible botes con remos.
Las urbanizaciones existen en una línea entre la vida urbana y la vida del campo. Eso es parte de la realidad de lo que es Levittown.
Pero este lugar además difumina la visión del “progreso a lo Americano” con el contraste entre sus enseres modernos y sus patios repletos de jueyes vivos.
En Estados Unidos los Levittowns se hicieron famosos por la exclusión sistémica de familias negras y judías, y sus reglas estrictas de mantenimiento. En Toa Baja eso no existía.
[Musica]
A finales de los setenta Hilda recuerda un Levittown ‘encendió’...
Hilda: Mira, en tal sitio hay un quinceañero, mira en tal sitio, hay una boda, mira en tal sitio, hay un aniversario. Pero eran en las marquesinas, porque los party eran de marquesina.
La gente se montaba en sus carros y daba vueltas por las distintas secciones buscando en qué marquesina había fiesta. Los viernes en la noche uno podía encontrar de todo, desde un aniversario... o un cumpleaños… hasta una boda.
Hilda: Formábamos el party. Nos quedamos hasta que éramos los últimos en irnos, y la gente quedaba encantada porque lo de nosotros era bailar. Bailar, salsa, merengue guajira, bailar y los boleros, los discos de Santitos Colón, Cheo Feliciano.
Había parejas que nunca se sentaban porque los boleros sonaban sin parar, uno detrás del otro.
HILDA: La pasábamos súper bien. De verdad que la pasamos bien, bien, bien. Las parrandas en Navidades -- ¡ah! No. Eso es otra cosa.
Me gusta imaginarme a mis abuelos en estas escenas, con Cheo Feliciano cantando de fondo, los vecinos bailando en la marquesina. Y quizás es que después de tantos años escuchando sobre los Levittowns de los Estados Unidos, esto era lo que significaba el éxito para ellos -- la vida moderna en el suburbio y no el regreso al rustico estilo de vida en las montañas de Ciales.
Y esto, la parte atractiva del Levittown boricua, ayuda a contar y entender la complicada historia de cómo a mediados del siglo 20, el futuro de Puerto Rico se volcó precipitadamente en la búsqueda “del sueño Americano”.
Paula: Abuelo, bendito abuelo, sabía mucho de eso,
De nuevo Paula, la hija de Hilda.
Paula: Porqué abuelo fue de esa generación que fue bien pobre a realizarse y por ejemplo abuelo no tenía zapato. Y hubo una política yo creo de Luis Muñoz Marín, que era de eso. Que la gente con él fue que tuvo sus primeros zapatos y cosas así.
Luis Muñoz Marín fue el primer gobernador electo por los puertorriqueños. Ese nombre fue sinónimo con la idea de que la prosperidad llegaría a la isla. Su propuesta reorganizó la relación política de la isla con los Estados Unidos en algo que no era la estadidad, ni la independencia. Lo bautizaron como “la tercera vía”... el Estado Libre Asociado.
Archivo- LUIS MUÑOZ MARIN: “Si no viniera capital de afuera, toda la obra económica de Puerto Rico tendría que hacerse de los recursos internos y entonces la vida en Puerto Rico sería mucho más estrecha.
Para atraer ese capital externo, Luis Muñoz Marin promovió el famoso programa Operación Manos a la Obra. En inglés se conoce como Operation Bootstrap. Fue un plan ambicioso para rehacer la economía de Puerto Rico y transformar la isla entera. El Gobierno creó múltiples exenciones de impuestos para compañías de Estados Unidos.
Silvia Alvarez Curbelo: Puerto Rico va a dejar de ser un país fundamentalmente agrario [...] o vamos a decir rural, para convertirse en un país fundamentalmente urbano, y eventualmente industrial.
Silvia Alvarez Curbelo es historiadora y la autora del libro Un país del porvenir: el afán de la modernidad en Puerto Rico.
Silvia Alvarez Curbelo: es un afán, es un deseo.
Y según Silvia, ese deseo por la modernidad propulsó a Puerto Rico a través del siglo 20 y en en los años 50 cambió por completo a la sociedad.
Silvia Alvarez Curbelo: Bueno, en el proyecto del Partido Popular hay que terminar con la plantación, es decir, hay que darle un jaque mate para entonces ser una sociedad moderna.
Muñoz y sus aliados políticos le prometieron a la gente que les sacarían de la pobreza.
Silvia Alvarez Curbelo: La clase media de momento se convierte en la protagonista del país.
Para entender lo que hacía a Levittown especial, tienes que entender lo que no era: un arrabal. Silvia Alavarez Curbelo nació en Ponce, y Ponce tenía un arrabal llamado La Joya.
Silvia Alvarez Curbelo: No había alcantarillado, no había agua potable.
En San Juan había otro arrabal muy conocido, El Fanguito.
Silvia Alvarez Curbelo: Todos los desechos humanos, la basura, todo. Unas condiciones muy, muy terribles.
Casas de madera en zancos sobre el agua del caño. En el año 40 el promedio de la expectativa de vida en Puerto Rico era de 46 años, veinte años menos que el de los estados.
Francisco Rodriguez Suarez: Tienes que acordarte que las casas antes había una casa y a veces el kitchen, la cocina y el baño era un outhouse.
Francisco Rodriguez Suarez es un arquitecto puertorriqueño, ahora el director del Illinois School of Architecture. Nos explica como casas modernas, como las de Levittown, se convierten en parte importante de la promesa de progreso del Gobierno: esa promesa de alcanzar el porvenir.
Francisco Rodriguez Suarez: O sea que esta incorporación de la cocina y del baño al espacio principal de la casa en la vida moderna de Puerto Rico, para la clase obrera, ya de por sí es un cambio drástico.
Aquí de nuevo, Luis Muñoz Marin:
Archivo Luis Muñoz Marin: Que puede ser casa modesta pero que sea moderna, que tenga las conveniencias sanitarias para la protección de la salud, una casa en la que dignamente se puedan hacer crecer los hijos hacia llegar a la hombría...
FRANCISCO RODRIGUEZ SUAREZ: Esta idea de un nuevo país moderno, la nueva Constitución, la operación manos a la obra. Todas empezaban a redefinir un estilo, un estilo de vida.
Archivo en ingles- “Fiesta Island” : Broad avenues in San Juan lead to residential districts where houses resemble houses in Florida, California or Texas…
Filmes que dan vergüenza ajena, como este que escuchan aquí llamado “Fiesta Island” , ayudaron a vender la imagen de un Puerto Rico alcanzando una prosperidad rápida, pareciéndose cada vez más y más a los Estados Unidos.
Archivo en ingles- “Fiesta Island”: Everybody grows and loves flowers in Puerto Rico. These are red ginger blossoms.
Todo el mundo ama y siembra flores en Puerto Rico, dice el locutor, mientras aparecen heliconia en la pantalla.
ARCHIVAL: Homes for everybody!
“¡Casas para todo el mundo!”
ARCHIVAL: Housing gets top priority in Puerto Rico’s booming economy.
Doña Fela, la legendaria alcaldesa de San Juan que dirigió el municipio por 22 años, habló sobre este periodo en un documental en los 80.
Archivo de Doña Fela en inglés: The miracle was that, we created a middle class
Doña Fela explicaba que en Puerto Rico se había dado un milagro.
Archivo de Doña Fela en inglés: we created a middle class which was created from one day to the other.
El nacimiento de una clase media de un dia para otro. Y esa nueva clase media necesitaba casas cuando se mudaba del campo a la ciudad.
En Washington, el gobierno federal creaba incentivos para la construcción de autopistas y de nuevas viviendas unifamiliares. Puerto Rico recibió estos estímulos también.
[Musica]
Silvia Alvarez Curbelo: Era como nosotros empezábamos a concebir que era el progreso, porque era lo que veíamos en las películas, en la televisión que acababa de empezar, en las revistas. Era “The American Way of Life” y eso iba con los productos de consumo, con el entretenimiento, es decir -- la familia nuclear, papá, mamá, los dos niños, las mascotas.
Y en los Estados Unidos no había mejor ejemplo de modernidad que los suburbios de Levittown. William Levitt, el dueño patriarcal de Levitt & Sons, dijo en algún momento, y traduzco del inglés mientras citó: “Ningún hombre que sea dueño de su propia casa y un pedazo de tierra puede ser comunista. Está demasiado ocupado”. Y esto se aplica también al Levittown boricua.
Silvia Alvarez Curbelo: Es parte de una cultura. De, vamos a decir, la Guerra Fría. [...] Sobre todo la figura del hogar propio, porque había una cuestión de “ownership” que no únicamente era sobre la vivienda física, sino sentirse que tú eres un propietario, eres un ciudadano y tienes tus bienes, etcétera. En una sociedad de consumo eso es muy importante, ¿verdad?
A Washington no le importó mucho Puerto Rico hasta el inicio de la Guerra Fría. Cuando Cuba se convirtió en el ejemplo del Comunismo en el Caribe, Puerto Rico cobró valor como su contraparte desde el Capitalismo.
Y esa apuesta, a la defensa de los valores del Capitalismo, también se convirtió en parte de la promesa del ELA.
Muñoz se volcó en su apoyo a Levittown. Estuvo presente en el debut oficial del proyecto en septiembre del 63. Los periódicos estadounidenses le dieron una amplia cobertura al evento.
Muñoz dijo que Levittown era, y cito, “un espléndido ejemplo para cualquier comunidad que está sinceramente dedicada al progreso urbano genuino, el tipo de progreso que ha llamando la atención al mundo entero sobre este Estado Libre Asociado.” Cierro la cita y traducción.
Esas casas, con patios y marquesinas para los carros que todo el mundo debía tener, serían el modelo ideal de la vivienda en Puerto Rico por los próximos 50 años.
[Musica]
Pero no había suficiente espacio para todo el mundo en esta visión del porvenir de Muñoz. Doña Fela dijo que la creación de la clase media de “un dia pa’otro” fue un milagro.
La realidad del asunto es que ese milagro fue, digamos, un milagro intencional que dejó resultados muy mixtos. La parte que no se discutía mucho de este “milagroso” desarrollo económico es cuánta gente tenía que irse para que funcionara.
Para burócratas locales, el asunto era que no se podían crear suficientes trabajos nuevos para emplear a todo el país. En la isla había demasiada gente como para crear una clase media “de un día pa’otro”.
Para solucionar ese problema se crearon políticas públicas horrorosas.
Hoy conocemos más sobre el terrible proyecto para esterilizar a casi una tercera parte de las mujeres puertorriqueñas sin su consentimiento, y también la experimentación de la píldora de control de embarazos. Pero eso no fue lo único. En 1946, el gobierno había estimado que un millón de personas tendrían que salir del país para que la isla pudiera prosperar.
Y para finales de los 40, el gobierno decidió resolver ese problema.
Regresamos pronto. Esto es La Brega.
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ALANA CASANOVA-BURGESS: Regresamos. Estás escuchando La Brega, yo soy Alana Casanova-Burgess.
Hemos estado explorando cómo el desarrollo de un suburbio estilo americano en Puerto Rico representa, de muchas maneras, la historia del siglo 20 de la isla entera… un tiempo donde Puerto Rico se rehacía en la imagen y semejanza de los Estados Unidos.
El gobierno intentaba transformar la economía de una agrícola a una industrial, creando una clase media atada al servicio y al consumo.
Edgardo Melendez: Para promover estabilidad social y económica y por ende política al régimen colonial, había que sacar ese exceso de población a los Estados Unidos.
Edgardo Melendez es el autor de “Sponsored Migration”, un libro sobre el éxodo masivo de boricuas a los Estados Unidos.
Edgardo Melendez: Básicamente, cómo el gobierno empujó, auspició la migración de los puertorriqueños em la posguerra.
El Gobierno de Puerto Rico quería forzar el avance de la modernidad. Para que ese avance se diera, tenían que fomentar a que un sector de la población se fuera.
La transformación económica que se legisló y comenzó en el 47 fue bautizada como “Operación Manos a la Obra”. Ese mismo año se firmó La Ley de Inmigración.
Edgardo Melendez: Y no tiene que ser un genio para concluir que estas dos leyes de 47 están muy entrelazadas, ¿verdad? Y hay funcionarios de gobierno que lo decían, de que la política de inmigración era la otra cara de Operación Manos a la Obra.
Al mismo tiempo el Gobierno de Estados Unidos necesitaba mano de obra barata en ciudades como Nueva York y Chicago, así que fomentar la migración era un interés común.
Tan importante, incluso, que el gobierno de Puerto Rico tenía un puesto llamado “Director de la División de Migración del Departamento del Trabajo.”
Archivo de audio en ingles- Joseph Monserrat: "Puerto Ricans come here to New York...
Esa es la voz de Joseph Monserrat. Él era ese director y esto es una entrevista que se dio en 1955 en WNYC, la estación de radio pública de la Ciudad de Nueva York...
Archivo de audio en ingles- Joseph Monserrat: "Puerto Ricans come here to New York and elsewhere to find jobs to get better education opportunities and other opportunities for their children.”
Los puertorriqueños vienen a Nueva York, dice Monserrat, a buscar empleos y mejor educación, y otras oportunidades para sus niños.
Archivo de audio en ingles-Joseph Monserrat: They are now on the first rung of a ladder which many of our own fathers and grandfathers began to climb just a generation ago."
Ahora, están pisando el primer escalón de la escalera que muchos de nuestros padres y abuelos comenzaron a subir solo una generación atrás.
Edgardo Melendez: no fue meramente que los puertorriqueños de aquella época una noche se levantaron una mañana con la idea “a me voy pa Nueva York”.
El Gobierno de Puerto Rico proveyó clases de inglés y asistencia para facilitar la matrícula de estudiantes en los estados. También tenían oficinas para facilitar el acceso a servicios sociales estatales.
Había una expectativa de que los boricuas se integrarán y se asimilan con facilidad. Pero eso no sucedió.
Muchos puertorriqueños fueron rechazados en Nueva York y Chicago, y otros estados. Así que miembros del gabinete de Muñoz comenzaron a buscar otras soluciones al problema de sobrepoblación.
Edgardo Melendez: Hay un sector minoritario que argumentaba que aunque la migración era necesaria, era mejor enviarlo a un destino donde fueran mejor recibidos los puertorriqueños -- que no fueron rechazados, que no fueran atacados. Y aquí se comienza a especular sobre enviarlos a otros destinos en América Latina.
El Gobierno de Estados Unidos canceló esos planes. En primer lugar, no querían que Puerto Rico negociara con otros gobiernos, pero también pensaban que tener un montón de ciudadanos estadounidenses viviendo en otros países podría ser problemático.
Muñoz cabildeó para que las aerolíneas expandieran su presencia, para facilitar la salida de los boricuas de la isla. Y esto nos lleva a ese primer vuelo de Eastern Airlines a San Juan en 1951 -- ese vuelo que rompió el monopolio de Pan-Am...
Archivo de sonido en inglés--Easter Airlines : We consider it both a privilege and an obligation to offer Puerto Rico the kind of transport service upon which the continuing progress and prosperity of this island depends.
“Consideramos que es un privilegio y una obligación ofrecerle a Puerto Rico este tipo de servicio de transporte del cual depende la continuidad del progreso y la prosperidad de la isla....”, decía la aerolínea.
Pero Munoz no lo explicaba así. Cuando el gobernador argumentaba a favor de esa expansión, lo que decía era que los puertorriqueños deberían tener la misma oportunidad que cualquier otro ciudadano americano de salir a buscar un mejor trabajo.
EDGARDO MELENDEZ: Y así puede ser. Pero realmente, ¿por qué llegan los individuos a esa decisión? [...] ¿De dónde viene la idea de emigrar? ¿Verdad? ¿Quién se la puso en la mente esas personas?
Dice Edgardo que para aquel tiempo, igual que hoy, nos enfocábamos tanto en historias individuales que ignorábamos las fuerzas mayores que fomentaban la migración.
EDGARDO MELENDEZ: Y ¿ Cómo se da esa emigración? [...] Por transportación aérea. La infraestructura la está levantando el Gobierno de Puerto Rico. Y el ejemplo más y más aparente es el aeropuerto internacional, que de hecho lleva muy adecuadamente el nombre de Luis Muñoz Marín.
Me duele cuando pienso en todas estas maquinaciones para obligar a un millón de personas a dejar el país... familias como la mía. Que fuéramos vistos como un sacrificio que valía la pena para llegar a ese brillante porvenir.
Pero la gente nunca se iba del todo. Por la relación de la isla con los Estados Unidos, es más fácil para los boricuas “ir y venir”. Muchos, como mis abuelos, eventualmente regresaron. Para ellos y muchos otros que vivían en apartamentos fríos y claustrofóbicos, el sueño del éxito se parecía bastante a Levittown.
EDGARDO MELENDEZ: Es una comunidad muy importante porque se origina en los 60 y 70 en ese primer flujos de los llamados migrantes de retorno.
“Migrantes de retorno” -- aunque hay que poner esa frase entre comillas, porque muchos eran nacidos o criados fuera de la isla. Un reportaje de CBS News de agosto del 71 lo explica.
Audio de archivo en inglés, CBS NEWS 1971: “For years now, our big cities have seen an influx of immigrants from Puerto Rico, and with it they have seen the problems of integrating a people with language and cultural differences.
Cuenta cómo la llegada de inmigrantes causa fricciones por las barreras del lenguaje y diferencias culturales.
Audio de archivo en inglés, CBS NEWS 1971: Well now, the flow is no longer one way, as thousands of Puerto Ricans have decided to return home.
En esa época, ya miles de puertorriqueños habían decidido volver.
Audio de archivo en inglés, CBS NEWS 1971: “Some have saved enough money to buy small, trim homes in new suburbs -- in developments like Levittown, for instance, where life has as much distinctly American a flavor as the suburb’s name.
Algunos habían ahorrado suficiente dinero para comprar casitas en buen estado en suburbios nuevos, como Levittown, donde la vida (según CBS news) tenía un sabor “tan Americano como su nombre.”
Francisco Rodriguez Suarez: Podría ser como un encuentro de esos dos mundos.
El arquitecto Francisco Rodriguez Suarez dice que Levittown existe entre dos versiones de Puerto Rico. Un punto de convergencia complejo entre el campo y la ciudad, o entre el pasado y el futuro. El diseño de las casas así lo señala también. En el patio había sitio para un palo de aguacate, una mata de plátano, o un árbol de limón, lo necesario para un jardín típico puertorriqueno.
Francisco Rodriguez Suarez: Yo creo que la parte de atrás de la casa tiene esa nostalgia hacia hacia el campo y la vida campestre, mientras que la parte del frente, pues verdad con la marquesina, el carro.
Lo esencial para una vida moderna.
Francisco Rodriguez Suarez: Una casa de urbanización y una casa de cemento y una casa con ventana Miami de celosías contra huracanes, que de todas maneras, pues tú abras esa ventana y mires como un paraíso tropical. Entre la memoria y el deseo.
Levittown ofreció un estilo de vida híbrido. Mi abuelo, Nicolas Casanova, tenía patos, gallinas y hasta gansos en su patio en Levittown. Es un detalle al que no le había prestado tanta atención hasta que escuché más sobre esa nostalgia.
Pero no todos los que regresaban encajaban de vuelta tan fácilmente..
Encontré un artículo en el New York Times de 1975. El titular lee “Los migrantes que regresan encuentran un Puerto Rico inhóspito”.
Sigo leyendo: Toa Baja, “Uno puede visitar algunas barras y tiendas en Levittown y escuchar muy poco español”.
En mis entrevistas, una de las residentes me contó que en la escuela, a veces se sentía maltratada por una maestra que la regañaba constantemente por hablar inglés.
Al parecer, esto era una historia común en los 70. Varios reportajes de periódicos que encontré citan a jóvenes en escuelas superiores de Puerto Rico.
Audio de archivo, 1970s: They make fun of you, the way you talk Spanish,
Se burlan de ti, de la manera que uno habla español...
Audio de archivo, 1970s: If you say a bad, wrong word in Spanish they you can’t speak Spanish right, things like that.
Si te equivocas y dices algo mal, dicen que no puedes hablar español bien,
Audio de archivo, 1970s: and they start calling you gringo.
Y entonces te dicen gringo...
Audio de archivo - 1978 CBS News: People were laughing at me because I didn’t know Spanish. You would say something wrong, they’d be trying to correct you, most of the time they would laugh.
Algunas escuelas en Puerto Rico comenzaron a dar cursos de Español para que los hijos de los migrantes pudieran integrarse.
Audio de archivo- 1978: Living in neighborhoods like Levittown, a sort of west side New York, Puerto Rican-style.
...ni me voy a molestar en traducir eso…
Unhappy with life in the states, and slow to assimilate in a hostile Puerto Rico, the Nuyoricans say they’re in limbo
Descontentos con la vida en los estados, dice este periodista, y lentos en asimilarse en un Puerto Rico hostil, los Nuyoricans están en un limbo...
-- not knowing where they belong.
No saben a donde pertenecen...
A los Nuyoricans que regresaron les fue difícil encajar y encontrar trabajo.Y en eso no estaban solos. Cuando la familia de Hilda se mudo a Levittown, el pago de la hipoteca en su modelo Camafeo era de 62 dólares al mes. Para su familia eso era demasiado.
Hilda: Mira cuando nosotros nos mudamos aquí -- -- el costo de la casa eran doce mil quinientos dólares.
Su padre, Don Toño, no había podido conseguir un trabajo que pagara igual después de terminar su trabajo construyendo las casas de Levittown, así que estaban teniendo dificultades para cumplir con la mensualidad.
Hilda: Llega un momento en que papi ya estaba al borde de la desesperación y ya había hablado con mami.
Esas conversaciones eran sobre la posibilidad de dejar todo otra vez y regresar a los Estados Unidos. Y entonces, pasó algo que cambió todo.
Hilda lo tiene bien claro en su memoria… un día su papá regresó a casa del trabajo.
Hilda: Y se sienta en la silla del comedor y coge el periódico. Mami está en la cocina y yo oigo que papi dice a mami, "Lusa..." Y mami: que? Ven acá. Y dice que paso? Yo veo que Mami se asoma y mami dice embuste, de verdad, embuste. Y pega los dos con una cara de alegría pero yo estoy mirándolos y no se lo que pasa. Pues papi había comprado billetera, lotería y salió en el primer premio.
Con ese dinero saldaron la casa. Un par de calles más abajo, su hermana también estaba teniendo problemas pagando la suya. Don Toño la ayudó.
Hilda: Y gracias, como siempre lo digo, del primero a Dios sobre todas las cosas y después ese milagro -- que de verdad que fue un milagro.
Si no llega a ser por la lotería hubieran tenido que regresar a los estados y vender la casa.
Hilda: Definitivamente, o sea, creo que no estuviéramos aquí. Pero aquí estamos 55 años, pues ya -- Sin embargo, de la forma que Puerto Rico se está viviendo, yo estoy loca por irme de aquí.
El crimen, las pensiones que se van achicando, las pocas oportunidades. Pero también es como ha cambiado la comunidad...
Hilda: Antes siempre se decía que la verdadera familia de uno eran los vecinos. Un vecino se enferma y todo el mundo se preocupa. Todo el mundo ayuda a todo el mundo, coopera. Ya eso se acabó. Hoy te moriste pues por la peste, te encuentran.
Suena tétrico, pero la realidad es que, hoy en día, en Levittown hay muchas casas vacías. Ese es el efecto de 15 años de recesión fiscal. Luego llegó el huracán Maria. Según figuras de 2018, el 20% de las casas en Levittown están desocupadas.
Y la escuela elemental John F. Kennedy, ¿de donde Hilda se graduó? Esa fue una de las clausuradas en un cierre amplio de escuelas en el país.
Paula: Y pues, ahora ya todo no es como antes. Yo pienso que mami tuvo la mejor etapa de Levittown. Las personas caminaba, todos los paseitos que hay, que ahora todos básicamente están cerrados y es un peligro caminar por en solitario.
Y la playa de Levittown, Punta Salinas, a la cual Hilda iba cuando era niña -- ahora está contaminada.
Para Hilda, hoy en día es bien difícil imaginarse caminar y hasta hablar con los vecinos en la noche...
Hilda: ¿Tú crees que yo me atrevo ahora? ¡No!
En los diseños originales, los balcones de Levittown eran abiertos. Ahora están cerrados con portones de seguridad.
El lago artificial se desbordó cuando se abrieron las represas de La Plata sin aviso durante el paso de Maria. Inundó muchas de las casas y obligó a sus residentes a escapar en medio de la oscuridad, o refugiarse en los techos. Cuatro personas murieron.
Pero a pesar de todo esto, Paula se quiere quedar. Quiere ser maestra aquí.
Paula: Siempre que me visualizo dando clases aquí en Puerto Rico. Pero a cada rato la misma universidad vienen reclutando y los beneficios son. Son --
Hilda: Son tentadores.
Paula: Son buenísimos. Aquí, realmente ser maestro aquí es por amor.
Paula: Si me quedo aquí, estoy clara que yo no, no voy a vivir cómoda. Va a ser una vida bien, bien, bien humilde.
O sea, para Paula su futuro está en Puerto Rico -- pero no es un porvenir. Y eso cuadra con otra cosa que me dijo Silvia Alvarez Curbelo, la historiadora.
Silvia Alvarez Curbelo: ¿Que es el porvenir ahora? Bueno, pues prácticamente no es nada.
Hay tanta incertidumbre que ahora no se puede imaginar el progreso.
Silvia Alvarez Curbelo: El futuro no es lo que nos da sentido ahora, para las generaciones contemporània, sino es el presente.
¿Cómo podemos atender los problemas en la isla? ¿Cómo podemos bregar con... lo que hay?
Había algo sobre Levittown que requería ganarse la lotería. La promesa no era un HOGAR, era una CASA.
Francisco Rodriguez Suarez: ¿Cuál es el gran problema en Puerto Rico con esto? El problema en Puerto Rico, una isla de 100 por 35 --
El arquitecto Francisco Rodriguez Suarez dice que en términos de planificación, no había espacio para esa promesa de una casita para cada cual.
Francisco Rodriguez Suarez: -- tendría que cubrir la isla completa de esas de esas casitas de Levittown para que cada persona lo tuviera. [...] Pues entonces unos pueden y otros no.
El modelo suburbano de desarrollo se definía por una extensión que afeaba el paisaje y por hipotecas que se convertían en ejecuciones. De nada vale construir casas si no hay una economía que permita que la gente pueda pagarlas y vivirlas.
El porvenir que prometió Muñoz Marin empezó a derrumbarse con la recesión de los 70.
Sylvia Alvarez Curbelo me contó sobre un diario que el gobernador mantuvo por varios años durante ese periodo, donde reflexionaba sobre los problemas de Puerto Rico. Como el tráfico.
Silvia Alvarez Curbelo: El tapón. Como se dice en Puerto Rico, esa congestión de automóviles es como un símbolo de esa vida que ya no es, como él decía, la vida buena a lo que debíamos aspirar, donde la gente no esté pensando en adquirir más y más y más y más
Una vida simple, sin el consumo excesivo del estilo de vida Americano. Recuerden que el eslogan de Levittown era “donde la buena vida comienza”. Pero eso era distinto a “la vida buena” que Muñoz decía que quería, una vida sencilla.
El sueño boricua de tener una casa para vivir dignamente se entrelazaba con el sueño americano atado al consumismo insostenible. Por eso, Levittown se puede interpretar como una metáfora de los fracasos del experimento económico de Puerto Rico.
Pero Levittown es más que una metáfora. Y la última vez que visite, lo pude mirar con otros ojos. Vi las cosas interesantes que se escapan entre las grietas del abandono.
Cezanne Cardona Morales es el autor de una colección de cuentos cortos titulada, irónicamente, “Levittown Mon Amour.”
Alana: Estamos aquí afuera de -- yo digo torre…
Cezanne Cardona Morales: Pompa Si, torre de agua. Pompa de agua.
Me encontré con Cezanne debajo de esta torre azul, al lado de lo que alguna vez fue una biblioteca pública.
Esta reunión se dió varias semanas antes de que la pandemia del COVID azotará al mundo, y sin embargo, como muchas cosas en Puerto Rico, esa biblioteca ya llevaba cerrada mucho tiempo.
Cezanne Cardona Morales: : Lo cierto es que se ha convertido, además del icono, es una marca dentro del mapa aéreo. Es decir, los aviones que van a aterrizar tienen que informar que están pasando por aquí.
Verifique este dato y es cierto: los pilotos tienen que decirle al control de tráfico aéreo que están pasando por la pompa de agua en camino al aeropuerto. Se siente bien saber que no soy la única que busca la pompa desde el aire.
Cezanne Cardona Morales: El propio Levittown me sigue dando sorpresas, como ciudad. Cada vez que paso por ella, a pesar del detritos que veo de lo que esta se está cayendo, veo colores que me llaman la atención.
Para Cezanne, escribir sobre Levittown es quizás…
Cezanne Cardona Morales: -- la forma de yo hacer las paces con mi país. dejar o dejar atrás todo ese rencor de lo que tal vez no fue y apreciar lo que es y lo que tal vez seguira haciendo.
Mientras reflexionaba sobre toda la investigación histórica que he tenido que hacer, le pregunté....
Alana: Sí yo estoy tratando de ver la belleza in Levittown. ¿Me podrías dar algún consejo?
Cezanne: (RIE) Bueno, todo depende de qué consideres belleza. Tal vez eso mirar las cosas que el tiempo ha ajado. Tal vez mirar la oxidación, los lugares cerrados.
Mirar esos lugares cerrados le dió la posibilidad de inventar, imaginar negocios o cosas que no existen…
Cezanne Cardona Morales: Caminar por la bulevar. Tal vez la única avenida que una avenida se llame avenida, avenida: avenida Bulevar, [RIE]
Eso me da gracia a mi tambien, igual que tantas otras cosas. A pasos de donde estamos sentados existe una escuela pública bautizada Dr. Pedro Albizu Campos --- el icono de la independencia y del nacionalismo Puertorriqueño. Aquí, en este suburbio con raíces tan gringas. Y claro, la pompa de agua gigantesca que NO tiene ni una gota de agua adentro…
Cezanne Cardona Morales: Ahora mismo, si observamos... la torre de agua está totalmente inservible.
Y sin embargo es un punto de enfoque, un emblema, la ves desde la autopista, la calle, el cielo....
Cezanne Cardona Morales: No es un monumento a nada, sino a nuestra incapacidad de poder construir o de poder llevar agua a un lugar pero se ha convertido en tal vez en nuestra Torre de Eiffel. Por lo menos para la gente de Levittown, ¿no?
Esto me hizo recordar algo que Paula dijo en un podcast que grabó con unos amigos que también son de Levittown. En un episodio, hablan sobre su hogar, y Paula compartió una interpretación que nació luego de ver “Aquamarine”, una película para adolescentes. Y confíen, no deberían tener ninguna prisa por verla…
Paula: -- Que hay una escena que a la sirena, la esconden en una pompa asi de agua --
Al ver eso Paula pensó:
Paula: oh my god! en la pompa de agua de aqui de Levittown como que hay sirenas tambien -- por lo menos eso ha sido el viaje mi [risa]”
Y ahora yo también me imagino que hay sirenas allá arriba.
Mi plan inicial era terminar este viaje en el Levittown de mis abuelos...pero la pandemia llegó. Así que me monte en un carro desde Brooklyn y guíe hasta Long Island. Allí llegué a esta otra torre de agua en este otro Levittown.
Mientras la torre de Levittown en Toa Baja está en el medio de una avenida principal con negocios en cada esquina, esta torre está casi escondida entre calles residenciales que se curvan entre sí y tienen nombres de plantas como “Azalea Road” o “Iris Lane”.
Puedo escuchar el goteo del agua que se filtra del tanque. Hay un diamante de béisbol aquí también, y una cancha de baloncesto. Un grupo de adolescentes juega y alguien pasea su perro. La grama de estos patios está bien cortada, no hay árboles de guayaba... ni de limón.
[Musica]
Esta pompa de agua azul también tiene escrito Levittown en letras gigantes, pero siendo sincera, no impresiona---¿quizás no es tan alta como la boricua?
Mirándola, de repente me imagine consiguiendo un alicate y cortando el portón que impide el acceso a la puerta circular en la base de la torre. Así pudiera abrir la escotilla, que es como esas que se ven en los submarinos en las películas, y en vez de subir escaleras, me encontraría con otra escotilla que al abrirla me transportaría al otro Levittown, el de Puerto Rico. Como si las torres de agua fueran portales.
Luego caminaría a la Panaderia Lemmy para ordenar una cajita de quesitos. Entonces iría a la casa de mis primas, la misma a la que se mudaron mis abuelos cuando buscaban entender algo entre un sueño y el otro. Y en el cuarto donde suelo dormir cuando visito, miraría por la ventana y la contemplaría,// majestuosa en su propia manera y color azul clarito … en la distancia, nuestra Torre Eiffel, la torre de agua.
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